PAUSA DIARIA IGNACIANA: El Examen (EE.
43).
“Porque
el Señor es justo y ama la justicia, los que son rectos contemplarán su rostro”
(Sal.11, 1-7).
Una de las características principales de la espiritualidad ignaciana es la del “discernimiento de la voluntad de Dios en la vida” y uno de los elementos para realizarla es la pausa o examen diario.
SEGUNDA ASAMBLEA GENERA.
El día sábado siete de julio tuvimos la segunda asamblea general de Magis. Las distintas comunidades nos reunimos para compartir nuestra vida traspasada por la espiritualidad ignaciana. Compartimos esta vida interior que vamos saboreando en nuestro caminar comunitario, para amar y servir a nuestros prójimos y prójimas, rostros encarnados de Jesús. Motivados y motivadas por Jesús queremos amar y servir porque como dice el Señor en su palabra: “cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron” (Mt, 25, 40).
El testimonio que nos dejan los
evangelistas sobre la autocomprensión que Jesús tiene de si mismo es nuestra
brújula, nuestro norte; es la inspiración de nuestro quehacer apostólico: “Jesús fue a
Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la
sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del
profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me
envió a llevar la
Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga
tenían los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha
cumplido este pasaje de la
Escritura que acaban de
oír" (Lc. 4, 16-21).
Nuestra vida, en este caminar juvenil
cristiano, está llena de tantas acciones buenas, de amor y servicio, que en
ella encuentra su sentido, plenitud, y dirección. En la espiritualidad
ignaciana, somos jóvenes, hombres y mujeres, que “descubrimos a Dios en todas
las cosas y todas las cosas en Dios". Tratamos de ser hombres y mujeres
contemplativos y contemplativas en la acción. Hombres y mujeres jóvenes que
desde la contemplación y la reflexión actuamos para hacer presente el
Reino de Dios en un mundo lastimado, fraccionado y crucificado; un mundo
carente de buenas noticias.
Como grupo juvenil MAGIS queremos imitar
a Jesús, manso y humilde, y seguirle hoy en este contexto social nuestro como
lo han hecho muchos hombres y mujeres en la historia. Procurando repetir las
relaciones que Jesús tuvo con Dios, las mujeres, las personas enfermas, los
niños y niñas, el dinero y la autoridad entre otros. Jesús era un hombre bueno
y de bien.
¿Qué son los Ejercicios espirituales?
Son un ejercicio para fortalecer nuestro espíritu como cuando un atleta se
prepara para una competencia deportiva. Hace ejercicios para estar en óptimas
condiciones. También los ejercicios espirituales son un camino hacia Dios; son
también encuentro de reconciliación, opciones de vida, identificación con la
persona de Jesús en su vida ordinaria, seguimiento con la cruz y acción de
gracias por tanto bien recibido. Al final los Ejercicios espirituales, después
de ordenar todo el ser y el quehacer del cristiano o de la cristina, nos
invitan a contemplar la realidad con amor para alcanzar amor. Los Ejercicios
son un caminar de la creatura hacia Dios, hacia su Creador.
Después de nuestra oración continuamos
con un tema de formación para todas las comunidades. El tema fue sobre la PAUSA IGNACIANA :
Teniendo claro que Dios es, nuestro principio y fundamento, ese Alguien que
anima nuestra vida, la pausa es un método para comprender nuestro
caminar, caminar hacia nuestro Creador y Señor. Es “examinar nuestra vida y
hacernos responsables por ella”. Es “la forma más adecuada para ir discerniendo
el paso del Señor en la propia vida”.
La pausa es un alto en el camino
cotidiano para discernir sobre nuestro amor y libertad; para aprender a
"Sentir y Gustar" las cosas internamente donde la contemplación y la
acción involucran a toda la persona, sus facultades, sus deseos, sus sentidos y
sus afectos. Como método es sencillo: Los preámbulos, la oración y el examen.
Hay que reflexionar nuestra vida y
descubrir el centro. La pausa es descubrir cómo Dios está actuando amorosamente
en mí, donde mi vida es una oración permanente, una oblación agradecida y una
oración hecha vida en mi modo de proceder.
“Dios nos sonríe y alienta desde la
vida misma o nos mira con cariño apenado por no saber discernir los signos de
los tiempos. Es en el momento a momento de la vida corriente donde se
juega nuestra fidelidad a su amor, a la vida que nos regala y a su Alianza en
Cristo”.
Me voy relajando, acallando el ruido
interior y tomando conciencia de que voy a hablar con Alguien que me acompaña.
El
examinar el nivel de conciencia cristiana con que vivo mi vida diaria es una
forma de oración muy importante
1. Pido luz, ser lúcido, intentando vivir
en transparencia: "sin el misterio de la luz la vida completa se vuelve
laberinto".
2. "Por dónde pasa mi Señor".
Voy recorriendo la jornada, viendo las pequeñas o grandes presencias de Dios en
las personas, en los sucesos, en los sentimientos, en las lecturas, o en el
trabajo bien realizado...
3. Doy gracias reconociendo
tanto bien recibido y tanto bien dado durante este día.
4. Pido perdón por todo lo
ambiguo, erróneo, dañino o negativo que haya podido hacer.
5. "¿Señor, qué quieres que
haga?". Pienso en cómo espera el Señor que actúe mañana.
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